TAXI

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Aleja era tonta, una tonta refinada, culta, vividora, atrevida, superalejita en resumen.El desasosiego fue uno de los males, la música era exquisita.Los mejores intérpretes anglosajones estaban a mis pies.Fue una experiencia comparable a practicar el budismo.El globo terraqueo se nos empequeñeció.La clínica Sinaí recuerdo con enorme nostalgia y sonrisa interior, fue uno de los últimos capítulos. En la capital del mundo.

Pero si la literatura es marujeo encubierto porque no hablar de aleja?. En su época del upper west side, solia arrancarse con energia de su planta 27 y recorria tres vueltas a la manzana en taxi mientras meditaba seriamente donde ir.Una de esas veces al bar de un lujoso hotel upperiense, donde la coincidencia, hacia acto de presencia ,en forma de vecino picarón, una aventura más. Nada fuera de lo común para alguien sexualmente activo.